Para Mariano la adopción no llegó tan pronto. Tenía cinco años cuando lo llevaron a un albergue de la ciudad de Abancay, pero fue adoptado recién seis años más tarde. Cada vez que un funcionario llegaba a su albergue, Mariano se le acercaba, le cogía la mano y le preguntaba: “¿Tú vas a ser mi papá?”.
A los 9 años, el menor ingresó a la lista de los “niños prioritarios”, aquellos que son más difíciles de adoptar; entonces, él sabía que era poco probable que una familia lo acogiera.
Sin embargo, su suerte cambió. Dos años después, una pareja extranjera lo adoptó y lo llevó a vivir a Italia. Ahora, Mariano tiene 13 años, una hermana y otra que viene en camino. Mariano tiene una familia y tiene sueños.
Lamentablemente, esta no es la situación de los, aproximadamente, 15 mil menores peruanos que se encuentran en los 400 albergues públicos y privados del país, los cuales no tienen tanta suerte y siguen soñando con una familia.
A pesar del abandono en que se encuentran, estos niños no pueden ser dados en adopción porque el Poder Judicial aún no ha declarado oficialmente ese abandono, pese a que los menores han sido víctimas de violencia o se ha determinado que su hogar resultaba un espacio inadecuado para su buen crecimiento y desarrollo.
Eda Aguilar, directora general de Adopciones del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, indicó que cada mes las 23 cortes de justicia del país declaran en estado de abandono solo a 8 o 10 niños. “Eso quiere decir que hay niños que, estando en situación de abandono, deben pasar cinco o seis años en un albergue porque oficialmente no han sido declarados abandonados”, manifestó.
Aguilar agregó que la lista de espera de padres que llegan al sistema y adoptan está creciendo cada vez más. A la fecha, hay 212 familias aptas, pero la cifra de menores que se entregan en adopción se sigue reduciendo año tras año.
MUCHAS TRABAS
Actualmente, la declaratoria del niño en estado de abandono la expide el Poder Judicial, pero la investigación previa, para saber si el niño puede regresar a su hogar o si hay algún familiar que lo reclame, la hace la Dirección de Investigación Tutelar. No obstante, esta dirección solo tiene oficinas en Lima, Cusco, Junín y Arequipa, por lo cual, en el resto del país, todo el procedimiento es hecho por el Poder Judicial. “Ahí es donde tenemos un cuello de botella, pues estos niños abandonados no tienen un abogado defensor que impulse sus procesos y, entonces, estos se estancan”, dijo Aguilar.
Sostuvo que, adicionalmente, la elevada carga procesal hace más lento el proceso. En ese sentido, recordó que el tiempo que pasa un niño en un albergue repercute en su autoestima, su nivel de seguridad y su autonomía.
SUGIEREN CAMBIOS
Con el fin de aliviar esa problemática, la especialista en Derecho de Familia Milagros García Mattos propuso que se cambie la norma para que todo el procedimiento de adopción, tanto la investigación tutelar, así como la declaratoria en estado de abandono, se realice por la vía administrativa.
La letrada del Colegio de Abogados de Lima señaló que ese cambio haría el procedimiento más expeditivo. “Hay países, como Honduras o Colombia, donde ese modelo ya está funcionando. El fin supremo debe ser el niño”, comentó. Además, indicó que también se debería cambiar la ley que establece que, mientras el niño tenga un familiar que lo visite una vez cada 6 meses, no puede ser declarado en abandono.
“Puede ser que un familiar solo lo visite 2 veces al año, pero el niño sigue abandonado. Esa situación hace que se dilate el proceso y que el menor espere hasta 4 años para ser dado en adopción, lo que reduce así sus posibilidades de ser acogido por una familia”, detalló.
Para la fiscal Norah Traverso, titular de la 18 Fiscalía Provincial de Familia de Lima, los cambios no serían convenientes, pues el proceso actual, público y con una doble instancia, garantiza el derecho del niño a la defensa y su integridad.
“Aunque es cierto que el proceso demora, la investigación especializada es necesaria para saber en qué situación se encuentra el menor y poder recabar toda su historia de vida. Un trámite en una sola instancia siempre es riesgoso, sobre todo considerando que Perú permite la adopción nacional e internacional”, aseveró.
¿MALAS PRÁCTICAS?
Pero las adopciones presentan más problemas. En la actualidad, el Poder Judicial solo ve 3 casos excepcionales de adopciones: cuando el niño tiene un vínculo de consanguinidad con uno de los cónyuges que lo quiere adoptar, cuando algún pariente (tío, abuelo, etc.) quiere la custodia del menor o cuando una familia ha prohijado (cuidado de hecho) a un menor durante más de dos años y adopta al niño que no está en abandono.
Eda Aguilar advirtió que esta última figura legal genera confusiones, pues las cortes del interior del país están dando a niños en acogimiento familiar –para que los cuiden temporalmente mientras se define si el menor está en situación de abandono–, pero luego dan la custodia a los cuidadores como si se tratase de prohijamiento.
“La figura legal es mal aplicada y se está tomando como una puerta falsa y un camino irregular para adoptar a menores de edad”, alertó.
No obstante, para Traverso es legítimo otorgar en adopción a un niño abandonado que estuvo temporalmente en un hogar, si es que este ya tiene lazos de afecto con la familia que lo ha cuidado y protegido por más de dos años.
Fuente: Perú21