Para promocionar la adopción de niños bolivianos dentro de hogares bolivianos, en la gestión anterior se aprobó una resolución que restringía este derecho a los ciudadanos extranjeros. No obstante, la medida resultó bastante contraproducente, pues son muy pocas las familias bolivianas (por no decir ninguna) que se decantan por acoger a huérfanos mayores de dos años. Cosa que no sucede con las familias extranjeras.
Por tanto, habida cuenta de la gran cantidad de niños y niñas entre los 0 y 12 años que viven en centros de acogida y que necesitan un hogar (280 tan solo en La Paz y El Alto), los responsables del Servicio Departamental de Gestión Social de La Paz se han propuesto suscribir convenios con gobiernos extranjeros para restituir las adopciones internacionales. Se trata sin duda de una importante medida, más aún tomando en cuenta la importancia de un hogar para los niños durante sus primeros años de vida, que son precisamente cuando se configuran los esquemas básicos para comprender y actuar en el mundo.
Asimismo, este caso debería servir de ejemplo a la hora de asumir determinaciones estatales que afectan la vida de población, que muchas veces son tomadas sin la debida evaluación sobre su impacto, tal como sucedió con la restricción de las adopciones internacionales.
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